Vibra tu más orgulloso poro, y lo sabes. Te hace vibrar, reír, bailar, promover lo intangible, delirar, alucinar, te hace volar, intoxicar, deambular...
...Logra tu neutralidad insensata, la logra. Tu vulnerable tú, su predecible él. Lo logró.
Luego -casi al morir-, te calma.
Luego -aún sin pensar en detenerle-, te apunta otra vez; te pinta, te esculpe... te hace vibrar y te implora -como a santo de falsa devoción-.
Luego, luego...
....Oscuridad impaciente; silencio corrosivo.
Daniela Nazareth (@sodaniela).
Fotografía: Marco Hernández
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